Revista TAREA
Resultados
Edición 043 - marzo de 1999
Politicas Educativas
Educación, pobreza y globalización
Experiencias Educativas
El museo, herramienta fundamental
¿Qué significa educar en derechos humanos y democracia?
Cultura
Pizarras y cuadernos: arte y testimonios en nuestra historia
Reseñas
Hacia una educación sin exclusiones
Sin querer queriendo. Cultura docente y género. Teresa Tovar
Educación ciudadana, democracia y participación. Patricia MacLauchlan de Arregui; Santiago Cueto comps.
Educación: la mejor herencia. Juan Ansión et al.
EDITORIAL TAREA Nº 43
Cumplimos 25 años. Desde un comienzo, nunca se nos ocurrió ponernos metas cronológicas; quizá por ello esta ocasión, como otras similares en el transcurso de nuestra historia institucional, nos encuentra algo desprevenidos. En medio de la vorágine cotidiana, celebramos otro aniversario. Solo que con éste cumplimos un cuarto de siglo de trabajo, cifra nada despreciable para un pequeño equipo de educadores como el nuestro. Han sido, sin duda, años de terca pasión por el desarrollo y la justicia colectiva.
El peso de un cuarto de siglo institucional invita a preguntarse por las razones que nos han llevado a persistir. No nos extenderemos en esto, pero es un hecho que no tendría sentido haber durado por inercia. Permanecemos porque quienes pasaron y quienes seguimos en Tarea trabajamos por el cambio de nuestro país desde una educación que nos ayude a ganar en respeto y en libertades personales, así como a emanciparnos, como sociedad, de las trabas sociales y personales que lo impiden. Lo hemos hecho bajo esta forma de asociación privada sin fines de lucro que sin embargo se instaló, además, en el campo de la función y las tareas públicas. Lo hacemos desde la perspectiva de la educación popular, resignificada ante las nuevas realidades y los desafíos de los tiempos actuales. Lo hacemos apoyados por la solidaridad de entidades de cooperación a las que debemos la posibilidad de poner en práctica, con autonomía, nuestros proyectos de cambios educativos y sociales.
Ninguna de las personas fundadoras de Tarea sigue hoy en el trabajo cotidiano de nuestra Asociación. Ello quizá sea una muestra de cómo desde el origen se puso, en la base de la institución, una identidad que interesó a personas diversas en momentos también diversos, y que se fue readecuando a partir de los matices que de ahí emergieron.
Nuestra pasión por la educación no ha disminuido; tampoco nuestra confianza en la gente, sin la cual –lo decía Paulo Freire- solo hay adiestramiento. Por ello sentimos este como un feliz cumpleaños. Sentimos una profunda alegría por haber tenido el privilegio de realizarnos en el quehacer educativo, que nos gusta y nos permite comunicarnos con tantas y tan variadas personas en el país. Amamos la educación teñida de ideales de justicia y nos alegra compartir estos ideales con muchas otras personas en el Perú y América Latina-
Hemos decidido celebrar el año entero Y hacerlo procesando nuestro sentido y nuestra ubicación en la educación peruana. Se trata de un mecanismo que nos dará el tiempo necesario para reflexionar con tranquilidad sobre nuestro papel educativo frente a la complejidad y dureza de la exclusión y la pobreza de muchos –demasiados- peruanos y peruanas, y también frente a los pocos claros horizontes políticos del país. Como tantas otras veces, queremos contar con las opiniones y la compañía de ustedes en nuestro afán de redituarnos en el cambio social desde la educación.
Momento especial para este “pensar la educación” y reflexionar sobre nuestras prácticas será la serie de tres seminarios que organizaremos durante el año. Estos seminarios se ocuparán de temas que forman parte de nuestra actividad diaria: la educación primaria, el desarrollo magisterial y la educación ciudadana. La educación primaria es una estructura cultural clave en toda sociedad democrática, y lo es para construirla y refundarla. Para ello debe ser, en sí misma, democrática y de una calidad superior. El magisterio es protagonista indispensable del cambio pedagógico. Sin su participación son impracticables las estrategias que potencian el aprendizaje de niños, niñas y adolescentes de ambos sexos. La educación ciudadana de personas jóvenes y adultas, por último, es una forma de intervención directa y relevante en la democratización de la sociedad.
El número que entregamos ahora, se ocupa de los cambios que se están dando en la visión del currículo para la educación básica. También de las maneras de entender el conocimiento en la formación de las personas y sus vínculos con los grandes procesos culturales, tanto con las exclusiones como con los impulsos de emancipación y de respeto a los derechos humanos. Otro de esos procesos que aquí se trata es el de la educación con una perspectiva de género.
Nuestra trayectoria en la educación popular de América Latina resultaría incomprensible sin la referencia a personas como Mario Kaplún, a quien recordamos con cariño y rendimos homenaje haciendo nuestras las palabras que Rosa María Alfaro le dedica en estas páginas.
Manuel Iguiñiz Echeverría, director