La escuela: ¿Espacio seguro de aprendizaje, inclusivo, acogedor y libre de violencias?

La violencia en la escuela es un reflejo de la violencia que se presenta en el contexto social. Las instituciones educativas albergan a miles de estudiantes en todo el país y son espacios donde pasan la mayor parte del día: reciben conocimientos, experimentan, socializan, aprenden y desaprenden. Pero en este mismo escenario, conviven con situaciones de riesgo que limitan sus capacidades, su estancia en el colegio y ponen en peligro su salud física y mental, la concreción de sus proyectos de vida, y sus derechos a la educación y a vivir en un espacio sano y libre de discriminación.

Hay una brecha visible entre la prioridad que se le da a la acumulación de conocimientos y lo que se hace para construir una comunidad segura de interaprendizaje, que signifique para niñas, niños y adolescentes un lugar acogedor, cálido y donde se sientan respetados y que se les toma en cuenta.

Tarea en el año 2023, acompañó a docentes responsables de tutoría de 20 instituciones educativas de las provincias de Cangallo, Huanta, Fajardo y Huamanga, y realizaron una prueba diagnóstica para identificar situaciones de riesgo que afectan a sus estudiantes. La prueba permitió identificar las siguientes situaciones: violencia familiar, bullying o violencia escolar, consumo de alcohol en adolescentes, embarazo adolescente, violencia del personal docente a las y los estudiantes y el mal uso de la tecnología.

En Ayacucho, la plataforma SíSeve, ha registrado del 2013 al 2023, un total de 1322 casos de violencia dentro las escuelas, y se visibiliza el incremento de casos en los reportes año con año. Durante el 2023, en la región, se han reportado 150, en comparación al reporte del año pasado se ha incrementado en un 63 por ciento (92) mientras que en el 2016 sólo se registraron 62 casos, es decir el 41 por ciento de lo que actualmente se reporta. Aun así, estas cifras no representan lo que sucede en las escuelas porque no todos los casos son reportados debido a que se normaliza la violencia, se tiene vergüenza denunciar, miedo a las represalias y por la falta de información sobre a dónde acudir cuando son víctimas o se es testigo de casos de violencia.

¿Cuál es el rol de la escuela?

Hay aspectos importantes que deben trabajarse a nivel de la práctica pedagógica. Para empezar, es necesario transversalizar la enseñanza de habilidades socioemocionales y en las horas de tutoría, trabajar con mayor énfasis la autoestima, empatía, identidad, diversidad, proyecto de vida, buen trato entre estudiantes, etcétera. También se deben construir espacios de escucha activa entre pares y motivar la colectividad y el respeto a las diferencias.

A nivel de gestión, es importante trabajar espacios seguros; promover la participación activa del Municipio Escolar, el Consejo Educativo Institucional (CONEI), el comité de convivencia y todas las organizaciones dentro de las escuelas que promueven la participación de sus integrantes, para que a través de estas se ejecuten acciones de prevención y atención cuando se reporten situaciones de violencia.

Las instituciones del estado incluyen estrategias para prevenir y atender la violencia en las escuelas; por un lado el Decreto Supremo N° 004-2018-MINEDU para atender los casos de violencia psicológica, física y sexual ejercida entre estudiantes; por el personal de la institución educativa hacia un estudiante y por un familiar u otra persona, y existe también la plataforma SíseVe que sirve para que cualquier miembro de la comunidad educativa pueda reportar casos de violencia. Aun así, es necesario el involucramiento de todas las personas que forman parte de la escuela.

Esta problemática ha sido identificada en diferentes espacios de participación estudiantil como en los encuentros de la Asociación de Alcaldes, Regidores y Líderes Escolares (AARLE) y por los Municipios Escolares, que a través de su agenda y planes de trabajo visibilizan la demanda estudiantil: una escuela segura, inclusiva y afectiva y, para ello proponen acciones con la comunidad educativa, pero sobre todo promoverla entre sus pares.

En ese marco, Tarea a través de sus proyectos, promueve una escuela segura y acogedora, en diálogo con los actores y en respuesta a la problemática antes señalada, ha emprendido una campaña de sensibilización dirigida a niñas, niños y adolescente para lo cual ha elaborado un afiche en el que se identifica a los actores aliados que las y los estudiantes pueden encontrar en la escuela y en la comunidad.

Además, este material visual también puede ser utilizado como una herramienta de apoyo para que las y los docentes expliquen a sus estudiantes con quién pueden contar si son testigos o víctima de algún caso de violencia a nivel de la escuela, la comunidad o de las instituciones.

Por otro lado, el afiche proporciona a las y los estudiantes un espacio para que puedan crear un directorio de las y los aliados más cercanos en su localidad.

La campaña que tiene como lema “La violencia que afecta a mis compañer@s, también es mi problema” busca que la lucha contra la violencia no sea solo un discurso y podamos construir desde las escuelas relaciones más empáticas, de reciprocidad y compañerismo.

Escriben: Mirian Ramos y Giovanna Morales

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