Educación y municipalidades. Experiencia que abre camino para acortar las brechas educativas en el Perú
Referirnos a la gestión educativa municipal no es algo nuevo en nuestro país, las experiencias son diversas y algunas de ellas han sido sistematizadas poniendo en evidencia lo estratégico que es el rol articulador de los gobiernos locales en la gestión de la educación a partir de un enfoque territorial e intersectorial. En cuanto a experiencias recientes en las que se han cumplido esta simbiosis podemos citar a las de los municipios de Cuñumbuque y Pajarillo en la región San Martín y la de Ventanilla en la región Callao.
Por otro lado, las experiencias dejadas tras el proceso fallido del Plan Piloto de Municipalización, ofrece valiosas lecciones, como por ejemplo: reconocer que los municipios no pueden ser vistos como entes homogéneos, es decir creer que pueden asumir en igualdad de condiciones la responsabilidad de gobernar y gestionar la educación en los diferentes territorios, y de manera autónoma.
Se hace esta referencia, porque el modelo de municipalización de la educación puesto en marcha en el 2007 transitó por la misma ruta que el proceso de descentralización, transfiriendo competencias y funciones por igual, como si todos los gobiernos locales se ubicaran en los mismos contextos y tuvieran las mismas capacidades y características.
El Perú tiene 196 municipalidades provinciales, 1 mil 655 municipalidades distritales y 2 mil 534 municipalidades de centros poblados, lo cual demuestra que estamos ante el mayor número de instancias de gobierno que tienen competencias en educación, deciden recursos y toman decisiones sobre la vida de las personas, y de manera específica ejercen alguna competencia en materia educativa educación, cuyo rol deben potenciarse de mejor manera.
El Proyecto Educativo Nacional al 2021, le dio un rol clave a las municipalidades: asumir el rol educador y formador de ciudadanía, fomentando identidad local, así como ejercer un rol protector, aportando al objetivo estratégico de construir una sociedad que educa a sus ciudadanos lo cual evidencia el papel estratégico de los gobiernos locales en materia educativa.
Durante décadas los gobiernos locales, han venido decidiendo sobre temas clave que tienen que ver, sobre todo, con los problemas a los que se enfrentan las escuelas, con mayor intensidad en zonas rurales, desde infraestructura hasta financiamiento de cursos de capacitación a los docentes.
Se trata entonces de revisar el sentido de diseñar modelos de gestión educativa a partir de una caracterización territorial que deberá permitirnos construir y resolver los principales problemas que el sistema educativo afronta, y que se visibilizan en las brechas educativas existentes y en el que los gobiernos locales, desde una apuesta de gestión territorial y descentralizada, deberían tener un rol más protagónico y con mayor énfasis en zonas rurales.
Hoy tenemos el gran desafío de construir una escuela que dialogue con la vocación y desarrollo territorial y por supuesto, con las expectativas de los estudiantes, siendo las municipalidades el espacio estratégico ideal, principalmente en el ámbito rural. El concepto de territorio es trascendental, y se debe aborda desde una perspectiva amplia. El Consejo Nacional de Educación (CNE, s.f.), conceptualiza el “territorio”, como una categoría que alude a una construcción social, es decir, a una realidad socialmente producida a partir de la interacción entre los habitantes y su entorno geográfico.[1]
Las competencias para diseñar los modelos de gestión ya están dadas, nos falta dar el paso para modelarla tomando en cuenta a la diversidad con lo cual avanzaremos de forma gradual y firme, hacia nuestro objetivo de acortar brechas e inequidades que, lamentablemente, caracterizan a nuestro sistema educativo. Es importante remarcar que en este proceso intergubernamental tendrán mayor protagonismo los gobiernos locales y regionales.
En esta ruta, el Munieducativo Nacional 2020, realizado el pasado 31 de enero del 2020, abre un escenario interesante para poner en debate el rol de los gobiernos locales en contextos diversos, generando propuestas consensuadas con los gobiernos locales hacia la mejora de la gestión educativa descentralizada, sin embargo esta estrategia tiene el desafío de ser intersectorial e intergubernamental, a la vez que haga sostenible una gestión educativa descentralizada con el propósito claro de garantizar el derecho a la educación de todos los niños, niñas, adolescentes mas allá del espacio territorial donde vivan.
[1] CNE – Marco de referencia común sobre gestión educativa descentralizada, territorio y enfoque territorial
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Escribe: Patricia Correa Arangoitia. Experta en gestión de políticas educativas y gestión descentralizada, con maestría en Gestión Pública en la Pontificia Universidad Católica del Perú
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