Tarea en Ayacucho: Vacaciones con propósito
El fin del año escolar trae consigo alivio de las presiones académicas. Para las y los estudiantes, las vacaciones pueden significar un tiempo de descanso, relajación, exploración y conexión social, sin embargo, pasar de un ambiente estructurado a uno más abierto puede traer desafíos, como mayor exposición a redes sociales, cambio en la dinámica de interrelación entre pares, inactividad física y mental. Entonces ¿Cómo tener equilibrio entre el periodo académico y el periodo de descanso?
Lo primero es entender las vacaciones como un periodo de descanso y de recreación, es decir este periodo debe servir para despejarse de las tareas habituales que han realizado durante el año escolar, para vivir nuevas experiencias con horarios más flexibles y que puedan contribuir al desarrollo o fortalecimiento de habilidades que no suelen ser de prioridad durante el año académico; por ejemplo: baile, canto, deportes, pintura, cocina, actuación, manualidades etcétera. Actividades que sean de interés personal de cada estudiante, y reditúen disfrute y valor en sí mismas.
El periodo de vacaciones tiene igual importancia que el periodo académico ya que ambos contribuyen al crecimiento y fortalecimiento del desarrollo mental, físico, así como de las habilidades sociales de niñas, niños y adolescentes y es importarte respetar esos espacios.
Tomando en cuenta la compleja realidad de las y los estudiantes, hay quienes durante el periodo vacacional se dedican al trabajo en el campo u otros empleos, para contribuir con la economía de su familia; otro grupo no cuenta con los medios para acceder a cursos o talleres que demandan un presupuesto adicional. Esta situación de desigualdad puede generar en algunos estudiantes una afectación emocional o frustración.
También hay otro grupo que, por estar en el último año de colegio, suele experimentar la presión familiar para continuar con los refuerzos académicos que les facilite ingresar a la universidad o estudios superiores inmediatamente después de terminar el colegio.
Desde la Asociación de Alcaldes Regidores, Lideresas y Líderes Estudiantiles (AARLE) señalan que el Estado, a través de las Municipalidades, debería brindar alternativas para las y los adolescentes cuyas familias no cuentan con recursos para costear actividades extra curriculares, teniendo en cuenta que los programas de vacaciones útiles que brindan las Municipalidades están más dirigido a niños y niñas y no hay opciones para las y los adolescentes.
Por otro lado, resultaría igual de importante que en las instituciones educativas se realicen sesiones de sensibilización a madres, padres y familiares sobre la importancia de programar actividades relacionadas a la mejora de la salud mental de los estudiantes, darles las herramientas básicas para estructurar el tiempo libre de sus hijas e hijos, siempre en la medida de sus posibilidades, organizar salidas al campo, realizar actividades lúdicas que ayuden fortalecer las relaciones familiares, participación en voluntariados y demás actividades que puedan ser desarrolladas a manera de pasatiempo saludable.
Finalmente, lograr que las vacaciones no sean solo de ocio, sino que tengan propósito como la exploración y de vivencias nuevas, será significativo a la hora del retorno a clases, ya que contribuirá a que las y los estudiantes vuelvan recargados de energías, con la mente despejada y motivados a continuar con sus aprendizajes académicos.