¿Quo vadis educación peruana?
Todo hace ver que los economistas que dirigen la educación peruana no podrán revertir la crisis estructural que la aqueja. Cuando más, insistirán en tener clara una “ruta de gestión y de inversión” (Saavedra dixit en CADE 2014), poniendo en marcha muchas medidas interesantes, pero sin precisar la finalidad del sistema educativo, en relación a un desarrollo estratégico de la población peruana, digamos al 2021.
Presupuesto e infraestructura
La educación, en el Perú y en todas partes, no camina sola. Es parte de los procesos multifacéticos, coyunturales y estructurales, del conjunto social. Por ello, nos negamos a creer que su dinámica en el 2015 dependa, en lo fundamental, de la muñeca del Ministro de Educación, Jaime Saavedra.
En un país que desacelera su crecimiento económico, los mayores recursos presupuestales para Educación-2015 pueden quedarse solamente en el papel. El anuncio de un 0.5% del PBI adicionales para Educación-2015 quizás no se concretice, aunque la inversión focalizada en infraestructura educativa podría entenderse como un reactivador económico y como una muestra de la reverencia ollantista al sector privado, en la medida que los gastos en infraestructura educativa se harían a través de las Asociaciones Público Privadas (APP) y en Obras por Impuestos (OxI).
En realidad, responder a las necesidades de infraestructura educativa del país es una prioridad. Es parte de una propuesta de crear “condiciones de educabilidad”; sin embargo, esta respuesta necesaria se relativiza cuando no se tiene claridad del sueño de educación que se busca. Si buscamos un nexo entre educación-trabajo, hay que construir talleres en las escuelas; si queremos avanzar a jornada escolar completa, hay que prever comedores escolares; si los docentes deben trabajar a tiempo completo, hay que construir sala de docentes y cubículos para cada uno de ellos; si vamos a asumir en serio la interculturalidad, entonces, ella debe reflejarse también en el tipo de locales escolares… Una interesante iniciativa de inversión en infraestructura educativa se desmorona si solo tiene clara la finalidad de ganancia del sector privado.
Las imprecisiones en los propósitos de la inversión no creo que sea la causa central de una tendencia a un gasto menor a lo anunciado para Educación-2015. Esta tendencia no solamente se basa en la desaceleración de la economía peruana en el presente año; sino también en la incapacidad del Sector a gastar lo que se le asigna. El economista Jaime Saavedra sólo mejoró ligeramente la eficiencia del gasto en el Ministerio de Educación en el 2014, pues ha devuelto al Tesoro Público un 14.6% de su presupuesto disponible o PIM. Los Gobiernos Regionales fueron más eficientes que el MED, ya que solamente devolvieron un 5.1% del PIM-Función Educación, 2014 (Fuente, MEF, al 02-02-2015).
Magisterio
El año pasado (2014), teníamos en el Perú 549,307 docentes laborando en el Sector Público y Privado, sin contabilizar la educación superior universitaria. Unos 344,675 (62.7%) trabajaba para el Estado. Este año, debemos ascender a unos 346,300 docentes en el sector público, representando un 60% del total docente. La privatización crece en el trabajo docente.
Estimamos que también la desregulación del trabajo docente debe aumentar. Con la aplicación de la nueva normatividad magisterial aprista-ollantista, el porcentaje de docentes contratados se encuentra en aumento. En el 2010, un 15.8% de los docentes al servicio del Estado eran contratados. El año pasado fueron el 23.6% y este año (2015), deben subir al 27.2% que equivale a unos 94,055 docentes contratados. La tendencia de creciente desregulación de la fuerza de trabajo docente es imparable, dentro del modelo neoliberal imperante. La interesante medida de iniciar el año lectivo con maestros asegurados para atender a la población escolar, se mezcla no incrementando significativamente el número de docentes nombrados, sino con el crecimiento absoluto y relativo de docentes contratados. En unos 10 a 15 años, si no se da una “gran transformación” los nombrados serán cifra insignificante y la “carrera pública” será cosa del pasado.
Un magisterio ganado por la ideología del sistema busca “ganar más, para consumir más”. Durante el presente Gobierno, la remuneración líquida del promedio de docentes fue de S/ 1,127.76 en julio 2011 y de S/ 1,388.94 en diciembre 2014. Sin embargo, este promedio incluye a los docentes contratados; excluyendo a éstos, el promedio sube a cerca de 1500 nuevos soles. El Sindicato con total hegemonía de docentes nombrados ha percibido que sus sueldos han aumentado. Aún más, a partir de enero del 2015, un sector de docentes mejorarán sus haberes al tener nueva escala remunerativa o al hacerse cargo de algún puesto de dirección.
Desde la decreciente cifra de los docentes nombrados, se sentirán mejoras remunerativas; mientras que el creciente número de maestros contratados seguirá con sueldos de alrededor de 1200 nuevos soles. Y este contexto condicionará las luchas magisteriales en el presente año. Sin embargo, es posible que suceda lo del año 2003, cuando los sueldos magisteriales eran crecientes, pero se dio una huelga del SUTEP que canalizaba un magisterio que buscaba “ganar más para consumir más”. Esto es posible en un contexto de inestabilidad política y descrédito del Gobierno de Ollanta. En una situación de interregno, de período electoral, de autoridades en situación de “pato rengo”, de victoria de los “pulpines”… es posible que el SUTEP pueda retomar su combatividad de antaño.
Mejorando insumos, sin alterar finalidad
Es indudable que la gestión del economista Jaime Saavedra en Educación está destacando en mejorar los recursos (infraestructura y presupuesto). De alguna manera está avanzando en medidas de gestión, como el aumento de jornada escolar, la contratación oportuna de docentes, pero insiste en discutibles políticas como la de crear Colegios de Alto Rendimiento. Aún más, está alterando el Reglamento de Organización y Funciones del Ministerio de Educación (DS 001-2015-MINEDU del 31-01-2015), haciendo importantes modificaciones en la gestión del Ministerio, pero sin alterar la estructura y la finalidad del modelo educativo, obviamente en el marco neoliberal del conjunto social.
El Marco Curricular Nacional (felizmente en debate) tampoco hace alusión al propósito estratégico que debería orientar la educación peruana. El difuso horizonte del Sector continúa, pero se toman mediados en la “ruta de gestión y de inversión”. Y quienes ven solamente el mejorar “logros de aprendizajes” priorizados, sin explicitar la “aplicación de los aprendizajes logrados”, obviamente postulan que –más allá del Gobierno de Ollanta- se queden los economistas que están trazando una buena y eficiente “ruta de inversión y de gestión”.
Desde nuestra perspectiva, no está mal mejorar en los insumos y procesos del sistema educativo peruano. Pero, si no hay cambios en relación a la orientación final que se busca con la educación, las políticas educativas –por más impactantes que sean- se harán sin una perspectiva estratégica de país. La crisis estructural de la educación peruana se encuentra en este espacio, como una desubicación histórica de lo que estamos haciendo en educación.
Escribe: Sigfredo Chiroque. E-mail: schiroque@ipp-peru.com