Revista TAREA
Resultados
Edición 060 - abril del 2005
Politicas Educativas
Consejos educativos institucionales. ¿Quién le pone el cascabel al gato?
Carrera Pública Magisterial
Carrera Pública Magisterial. Un itinerario profesional para una educación de calidad para todos
Campaña Mundial por la Educación 2005
Seminario internacional. Políticas educativas y equidad
Pensamiento Pedagógico
Declaración universal de la UNESCO sobre la diversidad cultural
El reto de la interculturalidad
Sociedad Educadora
Ciudades educadoras, un desafío desde lo local
Movimiento Ciudades Educadoras
Innovando
Discurso de orden. Acto fundacional del Foro-Red Paulo Freire-Perú
Resultados de una exploración diagnóstica. Factores de exclusión en estudiantes de escuelas públicas de Huanta y Huamanga
TAREA Revista de Educación y Cultura N° 60
En mayo de 2004 el Foro del Acuerdo Nacional logró un gran consenso con organizaciones políticas y de la sociedad civil y arribó al Pacto Social de Compromisos Recíprocos por la Educación 2004-2006. Fueron cuatro los puntos del Acuerdo: 1) Movilización Nacional por aprendizajes de calidad; 2) Estrategia de Desarrollo Profesional Docente; 3) Moralización del Sector Educación; y, 4) Financiamiento de la Educación. Estas propuestas buscaban responder a las deficientes condiciones en las que se desenvuelve la educación peruana, apostando por institucionalizar políticas y programas basados en la equidad, en la justicia, especialmente para los más pobres.
La primera ruptura se dio cuando se posterga el lanzamiento interinstitucional de la Movilización Nacional por Aprendizajes de Calidad; y se ahondó aún más, cuando en relación al financiamiento se estanca la proporción del producto bruto interno que se invierte en educación, no obstante producirse aumentos que son insuficientes. Lo cierto es que sin una mayor y mejor orientada inversión en educación no será posible hacer realidad el derecho que tienen los niños a una educación equitativa, inclusiva y de calidad.
Con escuelas precarias, sin presupuesto para bienes y servicios, con escaso material didáctico, así como con profesores mal pagados y con acuerdos olvidados, no se podrá avanzar hacia mayores niveles de equidad. Lo curioso es que existen propuestas, se lanzan campañas, se apuesta por la innovación. Pero sin una real voluntad política del sector educación, del ejecutivo, del legislativo y de otros sectores de la sociedad seguiremos ahondando brechas en la vida de los estudiantes y del país.
En el número 60 de la Revista Tarea entregamos un conjunto de reflexiones, propuestas y experiencias que son una contribución al mejoramiento de la calidad de la educación. Levantamos algunos temas ejes que son tratados transversalmente: la equidad en la educación, la interculturalidad, la participación de los diversos actores educativos en las políticas educativas, el maestro como un profesional de la educación son algunos de ellos.
En el bloque de Políticas Educativas nuestros lectores encontrarán la síntesis del Seminario Internacional sobre Políticas Educativas y Equidad, desarrollado en Chile, que se propuso aportar al análisis y a la búsqueda de propuestas relativas a la equidad e igualdad educativa en Chile. Tal como se señala, de lo que se trata es de institucionalizar la política de equidad, asegurando su permanencia, ya que la desigualdad escolar no es un accidente transitorio sino una reproducción social permanente.
Este análisis crítico de la experiencia más masiva de privatización y del llamado mercado educativo es muy importante. A un sector no le importan los argumentos sobre la inequidad, ya que prefiere el planteamiento de competencia entre escuelas para atraer a los alumnos. Esta conduce a cada escuela a la nefasta selección de buenos alumnos -como indicador buenos resultados- y a que haga el marketing respectivo. Pero en educación, sobre todo con la afirmación de la inclusión, toda selección de alumnos según su capacidad es traición al derecho a la educación. Sino veamos lo que los reglamentos de la Ley de Educación plantean sobre el derecho a la matrícula.
En líneas anteriores señalamos que viabilizar una política de equidad pasa por la profesionalización del docente. Resulta importante que el Consejo Nacional de Educación y el Ministerio de Educación hayan impulsado una jornada de reflexión acerca del sentido de la Carrera Pública Magisterial (CPM), como parte de la elaboración del Proyecto Educativo Nacional. Para realizar sinergias el artículo «Un itinerario profesional para una educación de calidad para todos» alcanza reflexiones y estrategias de desarrollo para una nueva CPM. Señala que, antes de resolver un tema de legislación laboral, se trata a la vez que la sociedad, el magisterio y el Estado concordemos la necesidad y el sentido de la profesión docente en el país y establezcamos compromisos de todos para hacerla efectiva.
Para estos cambios es fundamental la participación y la opinión del docente. Así, un grupo de maestros de diversas zonas del país fueron entrevistados. Al preguntarles si se debe o no mantener el concurso nacional, regional o de institución educativa para acceder a las plazas docentes y directivas, la mayoría de ellos señaló que es un factor que alienta la profesionalización docente y manifestó su acuerdo. Lo que sí exigen es pertinencia en las pruebas de evaluación, así como transparencia en los resultados; y consideran que junto a los conocimientos profesionales, deben considerarse aspectos éticos y morales sustantivos a la profesión docente.
Otro tema socio educativo y político de importancia tiene que ver con la participación en las decisiones de la escuela. A esto obedece la formación de los Consejos Educativos Institucionales, no sólo como un órgano de fiscalización, sino también como una instancia donde todos los actores comprometidos en educación ejercen su derecho a participar en el proyecto educativo de escuela. Este derecho y anhelo ha sido planteado por padres de familia, por estudiantes, por maestros, y recogido en la Ley de Educación. Sin embargo, la construcción democrática de estos espacios es compleja, y requiere de tiempos y acuerdos sostenidos como parte de una política de participación ciudadana en el sector educación. Estas agudas reflexiones las encontraremos en el artículo «Consejos educativos institucionales ¿quién le pone el cascabel al gato?».
En la sección Pensamiento Pedagógico planteamos una reflexión acerca del eje de interculturalidad. En nuestro país donde subsiste el racismo y la discriminación, es preciso desarrollar una cultura que favorezca la inclusión y la participación de todos los ciudadanos, como una garantía de cohesión social y construcción de la vida democrática. Esta perspectiva debe ser considerada en toda intervención socioeducativa. Y por lo tanto debe estar presente en toda estrategia de descentralización y de desarrollo educativo local. Nuestras comunidades, ciudades, distritos, están conformados principalmente por migrantes. Cada uno aporta toda su riqueza cultural, sus modos de crear cultura, contribución que debe ser objeto de un diálogo democrático, de búsqueda de un destino común.
En estos espacios de diálogo intercultural, de desarrollo, se van prefigurando o no sociedades educadoras. En artículos titulados «Movimiento de Ciudades Educadoras» y «Ciudades Educadoras. Un desafío local» se presenta toda la potencialidad teórica y estratégica de esta perspectiva de trabajo y se plantea que la política educativa local contribuya a que la ciudad, el distrito o la comunidad se asuman como agentes educativos permanentes y plurales.
Desde miradas propositivas y críticas, desde la articulación con los sujetos educativos, fomentando el debate y entregando otras experiencias para su reflexión, creemos que desde organizaciones autónomas debemos aportar a la construcción de un Proyecto Educativo Nacional que, ligado a un proyecto de país, sea plural, democrático, justo y solidario, y que asegure aprendizajes efectivos y de calidad para todos y para toda la vida.
Esto último constituyó el sueño del querido Paulo Freire, educador brasilero universal a quien en este número le rendimos nuestro más cálido homenaje por su capacidad de indignarse ante la injusticia, por trabajar arduamente por una educación liberadora, por su pasión por la pedagogía basada en la criticidad y en la propuesta. ¡Gracias Pablo! (Nélida Céspedes Rossel, directora)