Ciudadanía activa en el ejercicio de la política de las y los jóvenes

Existen hechos permanentes en la política nacional vinculados a los temas de corrupción, la búsqueda de impunidad y el obstruccionismo a la gestión de gobierno, en un contexto de pandemia, desempleo y pobreza. La ciudadanía y en especial las y los jóvenes vienen mostrando hartazgo por estos hechos que son promovidos por políticos y personajes de partidos políticos que están más de 15 años, en las distintas instancias y niveles de gobierno.

Si bien el detonante de la protesta y de las movilizaciones masivas, fue la vacancia del expresidente Martin Vizcarra (9 de noviembre), el espíritu de lo que se venía estuvo contenido, latiendo un buen tiempo en muchos peruanos y solo fue cuestión de tiempo para que el descontento explotara. Pocos esperaban una movilización masiva en especial de las y los jóvenes, el pulso de la actuación política y de la reacción ciudadana no fue leída por los vacadores, ni por el gobierno.

La protesta y la movilización ciudadana tuvieron distintos colores, se expresaron a través de una diáspora de consignas, cantos, bailes y caretas, mientras en sus casas un gran número de familias expresaron su protesta a través de cacerolazos, todo con el objetivo de que el gobierno de Merino (10 de noviembre al 15 de noviembre) dimita. Las movilizaciones, los piquetes se fueron organizando sobre la marcha, jugaron un papel importante las redes sociales y la empatía que iba creciendo, así como el rechazo al gobierno.

Las protestas estuvieron presentes en todo el país y en Lima en la mayoría de los distritos. La ciudadanía tenía la necesidad de expresar su descontento con el gobierno de Manuel Merino, y la pandemia no los detuvo, pudo más la dignidad que el miedo. La respuesta a las movilizaciones fue una represión brutal de parte de la policía, con un lamentable saldo de dos jóvenes fallecidos, muchos heridos y desaparecidos que fueron apareciendo poco a poco, después que Merino renunciara a la presidencia de la república y una mayoría de parlamentarios golpeados por las crisis política que ellos mismo crearon, aceptaron su derrota.

A las protestas en las calles se sumó un conjunto de comunicados de instituciones de la sociedad civil, como el Consejo Nacional de Educación, la Asociación Nacional de Centros ANC, Foro Educativo, docentes universitarios y renuncias como la del gerente de prensa del Instituto Nacional de Radio y Televisión del Perú (IRTP), creándose un ambiente de consenso nacional, de que el presidente interino y su gabinete debía renunciar, y así fue, primero renunciaron sus ministros y al final lo hizo el presidente Manuel Merino.

Los y las jóvenes que hicieron caer a Manuel Merino

Los y las jóvenes fueron los principales protagonistas de la protesta y del desenlace de la crisis política del país, que obligó al Congreso elegir a un nuevo presidente interino.

Por el nivel de violencia usada por la policía en los días de protesta, se está investigando a quienes dieron la orden de actuar con alevosía para sancionar a los culpables. A pesar de haberse superado la crisis, todavía hay incertidumbre con el nuevo gobierno y su gabinete, porque el Tribunal Constitucional (TC) declaró improcedente la demanda competencial presentada por el Poder Ejecutivo contra el Congreso de la República por la vacancia presidencial por incapacidad moral permanente, facultando al Congreso la interpretación sobre futuras vacancias presidenciales.

En una encuesta realizada a los jóvenes el 20 de noviembre, estos señalan que, los tres principales problemas del país son los políticos y la inestabilidad política, le sigue la crisis económica, falta de empleo/pobreza y finalmente la corrupción[1]. Esto es explicable, porque ya son varios años que vivimos en un ambiente de ingobernabilidad, hemos tenido tres presidentes en cuatro años, hemos elegido dos veces a congresistas. La falta de empleo es crítica para hombres y mujeres entre 14 y 25 años, dado que solo el 15 % de ellos consigue un empleo formal y más del 80 % son informales[2]. Estas podrían ser las razones por lo que los jóvenes han priorizado esos tres problemas.

Las movilizaciones de las y los jóvenes estuvieron llenas de indignación, pero también de empatía con su generación, miles de jóvenes mostraron su arte, se expresaron con creatividad y con rebeldía, pasaron de una movilización anárquica a una organización espontánea, los brigadistas, médicos voluntarios que cuidaron a los heridos; abogados jóvenes, recién egresados, que buscaron y defendieron a las y los compañeros detenidos. Estrategias que les permitió resistir activamente por más varios días en la protesta ciudadana vivida en nuestro país.

Las imágenes de las protestas de las y los jóvenes, fueron impactantes, vimos que usaban como escudos las tablas skate para evitar las bombas lacrimógenas y los perdigones, utilizaron guantes, mascarillas y lentes contra gases tóxicos, para desactivar las bombas lacrimógenas, botiquín para dar primeros auxilios y carteles hechos de cartón con frases muy creativas, pero que expresaban el estado de animo de la protesta y reclamaban la salida de Manuel Merino de la presidencia de la república.

Max Hernández, psicoanalista y secretario del Acuerdo Nacional, ha dicho en una entrevista que el movimiento juvenil ha creado esperanza e ilusiones. Ahora, es importante recordar que ya han venido movilizándose contra la política del Congreso como la Ley de régimen laboral juvenil o la Ley Pulpin en el 2015 y contra la violencia hacia la mujer “Ni una Menos”, aunque tal vez no de manera tan masiva como ahora.

Es una generación que irrumpe para expresar sus sentimientos, y su descontento con los políticos, con un sistema social que cada vez le da menos oportunidades, con una clase política que los terruquea, que les dice que son manipulados, una clase política que no quiere ver lo que hoy representan las y los jóvenes en el país, que necesitan empleo, servicios educativos de calidad y de un Estado que les dé una base material de bienestar para ejercer su ciudadanía.
Escribe: José Luis Carbajo, coordinador de Tarea en Ayacucho
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[1] IEP informe de Opinión –noviembre 2020. Encuesta telefónica a nivel nacional.
[2] Artículo del diario el comercio. La batalla juvenil al buscar un empleo en el Perú. Domingo 22 de noviembre del 2020.