La SUNEDU y el futuro de las universidades

Las universidades que no fueron licenciadas por la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (SUNEDU), tienen abierta la posibilidad de volver a postular al licenciamiento. Para lograrlo, deben presentarse y aprobar las nuevas condiciones básicas de calidad (CBC), más exigentes que las primeras, que se aplicarán a todas las universidades como requisito para obtener o renovar la licencia de funcionamiento. El propósito de la SUNEDU es elevar progresivamente la calidad del sistema universitario peruano, en su conjunto; por eso, en la primera etapa se establecieron las CBC en un nivel satisfactorio inicial y se previó un proceso de alza gradual de las exigencias.

El Perú necesita un sistema universitario fortalecido y renovado, que se nivele con los de los países más avanzados y contribuya con eficacia y pertinencia a la transformación y al desarrollo sostenible de nuestro país. Las universidades peruanas tienen que avanzar hacia la excelencia en sus funciones de docencia, de investigación y de vinculación social, aportando a la consolidación de la democracia, la integración nacional con interculturalidad y valoración de la diversidad, formando profesionales capaces y produciendo el conocimiento necesario para el desarrollo productivo y social del país.

El licenciamiento inicial y periódico de las universidades, a cargo de la SUNEDU, es uno de los instrumentos de una política de Estado orientada a la mejora continua de cada universidad y del sistema universitario en su conjunto. Desde su creación en el marco de la Ley Universitaria de 2014, esta institución ha contribuido de manera importante al desarrollo de una cultura de calidad en las universidades, al ordenamiento de las normas y la elevación de los estándares de los procesos académicos, al aumento de la cantidad y la calidad de las investigaciones, y mejoras en el servicio educativo en beneficio de los estudiantes y del país.

Las universidades licenciadas han realizado esfuerzos considerables de inversión, equipamiento, trabajo y fortalecimiento institucional para superar las exigencias establecidas en la primera fase. En la nueva etapa de licenciamiento es necesario redoblar el esfuerzo, fortalecer la cultura de calidad, afinar la organización y enfrentar en cada universidad los desafíos planteados por las nuevas condiciones básicas de calidad. Los peruanos no debemos aceptar que lo avanzado se diluya, o que se retroceda en el camino recorrido para beneficiar a quienes se niegan a salir de la mediocridad y el facilismo mercantilista.

Las universidades que no alcanzaron el licenciamiento en la primera etapa pueden presentarse y lograrlo en esta segunda oportunidad, con las nuevas condiciones básicas de calidad, siempre que completen las tareas de cierre de la etapa anterior. Para hacerlo deben realizar los esfuerzos institucionales de mejora que hicieron las universidades ya licenciadas, aceptando que las normas y los estándares rigen para todas las instituciones por igual. Eso es lo que sus estudiantes, sus docentes, los padres de familia y la sociedad en su conjunto deben exigir a las autoridades y los dueños de las universidades no licenciadas que aspiren a continuar funcionando.

El deber de las autoridades del gobierno y de los actuales congresistas es velar por el bien común, por el interés general del país, y no representar los intereses particulares de algunos dueños de universidades que pretenden seguir lucrando en la mediocridad, sin realizar los esfuerzos que demandan los procesos virtuosos de mejora progresiva de la calidad académica y la institucionalidad. Además, tanto el legislativo como el poder ejecutivo tienen tareas pendientes y urgentes propias de la construcción de un sistema de aseguramiento de la calidad de las universidades.

El gobierno debe aprobar el nuevo Reglamento de Organización y Funciones del Ministerio de Educación, para implementar y activar lo más pronto posible el nuevo Viceministerio de Educación Superior. El sistema universitario peruano necesita de este instrumento de gestión gubernamental, en el cual se asumirán responsabilidades de definición de políticas, rectoría, promoción, financiamiento, acompañamiento y otras tareas importantes para su desarrollo. El Congreso, por su parte, tiene pendiente la aprobación de una nueva ley para los procesos de acreditación de las universidades e instituciones de educación superior, que permita renovar el reconocimiento de la excelencia y logros excepcionales en la vida académica, la investigación y la contribución de las universidades a la sociedad.

Desde la perspectiva de la nación y considerando la visión y los propósitos del Proyecto Educativo Nacional, todas las políticas del Estado con respecto a las universidades –incluyendo las iniciativas de los congresistas– se deben orientar hacia la construcción de una democracia plena, haciendo realidad el derecho de los estudiantes a una educación de calidad con equidad, que contribuya al desarrollo sostenible. Para lograrlo, es indispensable que los procesos de mejora iniciados por la SUNEDU y el Ministerio de Educación tengan continuidad y avancen en su implementación, con exigencias de calidad cada vez mayores.

Se requiere incrementar el presupuesto público para la educación superior y aumentar las vacantes en las instituciones del Estado, para que cada vez más jóvenes puedan acceder a ellas y reciban una educación profesional de buena calidad. El Perú necesita universidades que contribuyan a la solución de los problemas y al desarrollo humano sostenible e inclusivo, a través de la producción de conocimiento, la formación integral de los profesionales y la participación activa en iniciativas de innovación y de mejora de la calidad de vida de sus poblaciones.

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Escribe: Manuel Bello. Universidad Peruana Cayetano Heredia