Momento plebiscitario en educación
Lo más probable es que, si la maniobra golpista fracasa, un profesor rural y multigrado sea el presidente del Perú en el Bicentenario
Será la ocasión para que la educación pública recupere su contenido de derecho, adelgazado y diluido durante décadas.
Para ello, la agenda educativa de prioridades deberá encarar primero los estragos de la pandemia, sin dejar de pisar puntos clave que signifiquen el inicio de un viraje en pro del fortalecimiento consistente de la educación pública, que ponga punto final al triste traslape de la educación como derecho a la educación como privilegio y como mercancía.
Pedro Castillo no llega solo. Lo hace de la mano de una enorme red magisterial y de un movimiento social popular que se identifica con él y proyecta sus esperanzas en que el nuevo gobierno coloque primero a los que siempre han estado al último.
Las medidas educativas a tomar estarán selladas por este signo plebeyo y plebiscitario. No sólo deberán ser posibles y consistentes, sino establecer vínculos solidarios con y entre los actores sociales, magisteriales, educativos y culturales de todos los territorios y comunidades. Deberán empatar y consolidar los nuevos sentidos comunes que emergen en favor de una educación dignificadora y emancipadora. Hay siglos de historia detrás de este momento plebiscitario que hoy se concreta precisamente en el Bicentenario de la República y nos retrotrae a Arguedas como inspiración, pensamiento y sentimiento: “hoy los zorros de arriba y abajo se han reunido para que un maestro que parece que surge de las brumas, de una especie de misterio, que no estaba previsto en ninguna parte, que surge de un movimiento de los pobres de arriba y los pobres de abajo se convierta en el presidente del Perú[1].
Lo que se haga en educación tiene esta historia de siglos detrás y debe asentarse el movimiento contracultural que trae consigo.
Para afrontar este reto proponemos que la Educación Comunitaria, que fue puesta en el pie de página de los esquemas de reforma, sea colocada como elemento nodal, en el centro de la misma. Porque posibilita este entronque entre las acciones de reforma y el momento plebiscitario. Una Educación Comunitaria empoderada, que se implemente de abajo hacia arriba, desde los pueblos, regiones y actores, como movimiento social y cultural. Desde esta estrategia general y transversal, es posible plantear seis medidas que deben encarar además, cara a cara, los estragos de la pandemia covid-19.
Varias de ellas apuntan a asegurar un retorno pronto y seguro a las escuelas. El Bicentenario llega cuando han pasado 17 meses de confinamiento de los escolares, obligados a estudiar en su casa, por vía remota, la mayoría de ellos, sin internet y en condiciones de pobreza, aunada a enfermedad y/o muerte de padres y familiares, migración, desalojo, etc.
Hay que considerar el hecho de la desconexión de una parte significativa de los estudiantes[2] que no son “desertores”, sino expulsados por la pandemia y la recesión económica. La primera tarea es pues identificarlos y recuperarlos. Esto implica no sólo ofrecerles una matrícula, sino atender la situación de pobreza y precariedad de sus familias[3]. Por tanto, esta medida está vinculada al otorgamiento de bonos y a las medidas intersectoriales de reactivación del empleo y fortalecimiento de la salud pública, con un signo intersectorial y descentralizado.
En segundo lugar, urge atender con pertinencia a los estudiantes que permanecieron en el sistema escolar, pero estudiaron en pésimas condiciones durante la pandemia. La falta de equipos y de acceso a internet[4] obligó a que la educación se realizara por Whatsapp en la mayor parte de casos, con videos diferidos, sin conexión directa en tiempo real, lo que se agrava cuando un mismo celular debe ser compartido por varios miembros de la familia. Ante ello hay el reto del nuevo gobierno es asegurar conectividad gratuita para estudiantes y maestros, restaurar la infraestructura escolar los colegios, garantizando servicios para la vuelta la presencialidad o semi presencialidad con pertinencia en cada contexto y territorio. A a la vez, vacunar con prioridad a todos los maestros, medida ya iniciada esta semana en el medio rural. Es la oportunidad de terminar con el abandono de décadas de la educación pública y levantar los candados para que una inversión sustantiva y sostenida la ponga en condiciones óptimas, dignas de una República[5]. Para ello estará una nueva política tributaria que se rija por criterios de justicia y grave a las grandes fortunas[6].
Por otro lado, los estudiantes “conectados” aprendieron bastante menos que antes. Las clases remotas, por Whatsapp o Zoom funcionaron como un hilo precario de comunicación. Pese a los esfuerzos de maestras y maestros, muchas cosas se quedaron sin ser comprendidas, las dudas abundaron y se silenciaron. El ritmo y volumen de lo programado no coincidió con la realidad de las vidas y condiciones de estudio del alumnado y las vivencias y saberes de los estudiantes en la pandemia no fueron suficientemente consideradas en el “currículo” oficial para la construcción de aprendizajes. Por ello una tercera medida fundamental será repensar y replantear las estrategias pedagógicas para que los estudiantes puedan estudiar mejor, con un ritmo más pausado y seguro, y que lo hagan combinando actividades concretas en espacios reales con aprendizaje remoto (como señala F.Tonucci[7]). Es la oportunidad para dejar de una vez por todas el currículo por áreas para instalar el aprendizaje por proyectos, desde las motivaciones, vivencias y saberes de los estudiantes, sus comunidades y territorios. Más vale un buen aprendizaje en mano que ciento volando en un currículo que no se cumple.
Es un hecho que muchos estudiantes han estado sometidos a situaciones de violencia y estrés dentro del hogar. El encierro prolongado, la pérdida de socialización y además de ello, el ver cómo sus padres viven también estresados, deprimidos, con problemas económicos, de salud, y hasta de violencia en muchos casos, ha hecho que su salud mental se vea deteriorada[8]. Los niños son a la vez víctimas y testigos de la violencia y el maltrato en el hogar, siendo las niñas las más afectadas (abuso sexual). La pronta vuelta a la presencialidad es la mejor respuesta y debe ser acompañada desde ahora con una cuarta medida de política: líneas de atención y emergencia disponibles para los alumnos y políticas fuertes contra la discriminación por sexo, raza, género, cultura, edad y discapacidad.
En quinto lugar, colocar a los maestros en primera fila. Hay que tomar en cuenta que los maestros y maestras fueron sobrecargados de tareas y horas de trabajo. El aspecto positivo es que mostraron su gran capacidad de innovación y resiliencia, que echó por tierra el supuesto de que son profesionales de segunda categoría. La llegada de un orofesor al palacio es profundamente significativa para resituar al magisterio, como actor de la reforma educativa y para devolverle su dignidad profesional. Tres acciones urgentes en esta línea son concretar el incremento salarial pendiente este año, financiar 50 mil plazas anuales para docentes nombrados, con la perspectiva que todos ellos estén dentro de la carrera magisterial el 2021; y poner en valor el movimiento pedagógico innovador.
Finalmente, el nuevo gobierno del maestro Pedro Castillo tiene el reto de comenzar a revertir el modelo mercantilista impuesto en educación. Esto implica una sexta medida: eliminar el DL 882, dado por Fujimori en 1996 que instaló el lucro en la educación. Esto no significa terminar con la educación privada que siempre existió antes de 1996 como parte de la oferta educativa. Lo que se requiere es eliminar un decreto que dio carta libre al negocio en la educación y a la proliferaron escuelas de bajo costo e ínfima calidad.
[1] Ver entrevista a Rodrigo Montoya https://www.youtube.com/watch?v=dReeH74cPFE&t=4089s
[2] Se calcula que pueden llegar al medio millón, según información extraoficial del MINEDU. Solo en el 2020 alrededor de 300 mil estudiantes dejaron de asistir al colegio.
[3] El 52,7% de población 6 a 16 años, que no se matriculó o estando matriculado no recibió clases virtuales, fue por problemas económicos o familiares (INEI Informe Técnico trimestre julio a set 2020
[4] Sólo 20,1% de estudiantes de primaria tuvo conectividad en su hogar (23,7% secundaria). (MINEDU ESCALE 2020 en base a INEI)
[5] Solo el 32% de locales escolares públicos cuenta con los 3 servicios (agua, desagüe y luz)
[6] Como ha sido planteado a nivel internacional en el Foro Económico Mundial de Davos
[7] Francesco Tonucci: “Si el virus cambió todo, la escuela no puede seguir igual.” https://www.lanacion.com.ar/comunidad/francesco-tonucci-si-virus-cambio-todo-escuela-nid2356227/; “Cuando empecemos de nuevo, deberemos inventar otra escuela”, https://laciudadrevista.com/francesco-tonucci-cuando-empecemos-de-nuevo-deberemos-inventar-otra-escuela/
[8] Ana de Mendoza, UNICEF feb 2021
.
Escribe: Teresa Tovar Samanez
.