Revista TAREA

Resultados

Edición 048 - abril de 2001

Politicas Educativas

Propuestas para construir una educación básica de calidad

Tarea

Experiencias Educativas

Desarrollo local y gestión pedagógica: apuestas y desafíos de la mesa de educación y cultura del distrito de Independencia

Clever Reyna

Los derechos de la niñez. Redes de escuelas base para construir el proyecto educativo local

Lissy Canal Enríquez

El PIEDI: entre los sueños y la realidad

Sonia Henríquez Gil

Pensamiento Pedagógico

Aportes para el debate sobre educación. Educación ciudadana: una apuesta por la democracia

Equipo de Educación Ciudadana de Tarea

Educación para todos, pero de verdad

Manuel Bello

Reseñas

Reseñas

Tarea

EDITORIAL TAREA Nº 48

En el editorial de TAREA N° 47 señalamos nuestra satisfacción por haberse abierto en el país un proceso democrático, a todas luces urgente entre los peruanos. La honda crisis económica, política y moral que se arrastra desde hace mucho tiempo, especialmente los últimos quince años, exige un sólido contrato social entre los ciudadanos y sus gobernantes. Este debe incluir junto a la nueva forja de la institucionalidad democrática, la vigilancia social y la rendición de cuentas, articuladas al respeto irrestricto de los derechos humanos en el país.

Este marco político y social es fundamental para superar la pobreza y avanzar hacia una educación de calidad, para que todos tengan igualdad de oportunidades y puedan construir su propio destino y el del país. Nos reafirmamos en la intrínseca relación que existe entre calidad de la educación y procesos democráticos en la sociedad. En ese sentido son importantes la conformación de la Comisión de Lucha contra la Pobreza, los esfuerzos para conformar la Comisión de la Verdad y la constitución de la Comisión para la Consulta Nacional por la Educación.

Esta última es una buena señal en el camino de la democratización de la educación. Su propósito es la promoción, organización y conducción de una consulta para elaborar un plan nacional de largo plazo en materia de educación. Tarea, junto a otras instituciones como Foro Educativo, Equipos Docentes, Sindicato Único de Trabajadores del Perú y movimientos pedagógicos diversos, trabaja desde hace más de una década por el derecho a participar en la definición de una política en educación.

La participación como estrategia básica en la elaboración de un proyecto educativo nacional, es fundamental. La socialización y la educación se hacen más ricas y amplias en los marcos de una sociedad democrática, que se compromete, propone, debate, discute, vigila. Así creemos que es posible acceder a una creciente justicia social, que reduce consistentemente las desigualdades y que a la vez incorpora la riqueza de la diversidad cultural.

En este número, teniendo como marco la Consulta Nacional por la Educación, nuestra institución quiere contribuir al debate con lineamientos de propuestas pedagógicas y de política educativa, validadas con las y los maestros de distintas partes del Perú. Estos aportes son: un Currículo por Competencias para la Educación Básica de niños y niñas de ocho a doce años, cuyo eje es la identidad y los derechos del niño; una propuesta de Educación Ciudadana para la educación secundaria; y una propuesta para revalorar la profesionalización del docente. También se incluyen estrategias que ponen el acento en la descentralización educativa como parte de la promoción del desarrollo local.

Así como el consenso es una condición básica en la construcción de una educación de calidad, también lo es plantear una política educativa con mirada de largo aliento, que asegure aprendizajes en nuestros niños, niñas y adolescentes. Consideramos que el Consejo Nacional por la Educación es una alternativa necesaria. Ya hemos constatado que la discontinuidad provocada por los cambios sucesivos de ministros y enfoques educativos agudiza aún más las brechas educativas y afecta a millones de estudiantes peruanos.

La descentralización educativa es otro componente esencial de un proyecto educativo de contenido democrático. Para lograr una mayor coherencia debe ligarse a la descentralización de un país y, más específicamente, al desarrollo educativo local. En este contexto los espacios locales cobran un especial significado para la planificación concertada y la gestión democrática del desarrollo. Y en relación al desarrollo educativo local se requiere que la sociedad civil asuma una mayor responsabilidad, junto al Estado y los gobiernos locales. Todas esas instancias deben velar por una mejor cobertura y calidad de los aprendizajes.

Esta última debe garantizarse con el diseño de un currículo pertinente. Planteado de esta manera, el currículo es una herramienta fundamental para apuntar al logro de una educación equitativa, no excluyente y socialmente significativa. En un mundo en permanente cambio, es preciso plantear las competencias que requieren nuestros niños, niñas y adolescentes para ampliar cada vez mas su saber, el saber hacer y el convivir, para desarrollarse plenamente como personas con identidad, autoestima y en pleno ejercicio de sus ciudadanía.

El diseño de un proyecto educativo democrático, participativo, de largo aliento, ligado a la descentralización del país y con un currículo por competencias, debe girar, a nuestro parecer, en torno a la educación para la ciudadanía.

Nos basamos en un ciudadanía democrática como ejercicio real, que contribuya a superar las grandes desigualdades existentes en una democracia endeble como la nuestra; una ciudadanía asociada a la dimensión política de las personas, ligada a la convivencia y a la organización de un colectivo, a formas de compartir el poder y entender el bien común como parte de la construcción del espacio público. Convertir la formación ciudadana en el eje de la educación es nuestra apuesta y la consideramos urgente en nuestro país.

Si bien todos estamos convocados porque la educación es tarea de todos, son los maestros y las maestras quienes deberán tomar la iniciativa. En la actualidad hay voces críticas respecto a estos fundamentales actores de la sociedad. Sin embargo, urge reivindicar su rol como profesionales de la educación y su contribución necesaria para plasmar políticas educativas nacionales con significación local, que reafirmen la identidad y hagan posible una pedagogía emancipadora.

En esta edición insistimos en la reflexión y propuestas para la educación peruana. Unas son de carácter urgente y otras de mediano y largo plazo. Saludamos que este gobierno transitorio instale una nueva perspectiva y un estilo inclusivo que involucra a todos los sectores en el compromiso con la Educación. Hacemos un llamado a quienes se harán cargo del nuevo gobierno para que asuman y profundicen las propuestas hoy en curso y contribuyan a cambiar el rumbo de la educación peruana, en concordancia con la necesaria transformación social.

Nélida Céspedes Rossel