Revista TAREA
Resultados
Edición 038 - setiembre de 1996
Politicas Educativas
La formación de las personas adultas y la sustentabilidad educativa del desarrollo: una visión desde América Latina
Recomendaciones de la Conferencia de los Ministros de Educación de América Latina y El Caribe
Experiencias Educativas
Una contribución para el desarrollo de la autoestima del maestro
Una mirada a materiales educativos sobre democracia y ciudadanía. Folletos, cartillas, manuales
Reseñas
Cuarto seminario sobre análisis y perspectivas de la educación en el Perú: éticas y valores, interculturalidad y civismo. Pontificia Universidad Católica del Perú
Materiales para pensar la descentralización educativa. Manuel Iguiñiz y Daniel Del Castillo
Materiales de educación ciudadana. Rosa Mendoza, Luis Sime y Federico Tong
El nuevo pacto educativo. Educación, competitividad y ciudadanía en la sociedad modera. Juan Carlos Tedesco
EDITORIAL TAREA Nº 38
Parecería innecesario reiterar que niños, jóvenes y adultos aprendemos no sólo de situaciones organizadas para tal fin, como las que ocurren en el aula de clases o en ámbitos educativos especializados, sino que lo hacemos también –y a veces de manera más significativa- de experiencias que vivimos en la familia, los grupos de pares, los movimientos sociales o la práctica política, entre otros. Dos acontecimientos ocurridos últimamente en el ámbito de la política pública hacen prudente recordarlo. Nos referimos a la “interpretación auténtica” del artículo constitucional sobre la reelección presidencial y la negativa del poder a investigar a un alto funcionario del Servicio de Inteligencia Nacional acusado de supuestos vínculos con el narcotráfico.
El impacto de ambos hechos sobre la ecuación ciudadana de los peruanos es un asunto que importa y preocupa a los que nos dedicamos a formar personas, de diferentes edades y niveles educativos, para la participación en las decisiones pública. Nos interesa el impacto no sólo sobre sus racionalidades sino sobre sus emociones y la formación del sentido de justicia. Ambos hechos, ampliamente cubiertos por los medios de comunicación masiva, deben haber dado lugar a una gama diversa de aprendizajes que van desde la imitación/aceptación de los comportamientos y valores dominantes de dichos acontecimientos (“no todos somos iguales ante la ley” o “es legítima la perpetuación en el poder”) hasta la formación de un juicio crítico frente a los mismos. Lo que queremos resaltar es la importancia de evaluar, desde una perspectiva pedagógica y política, los efectos formativos de hechos como los mencionados y plantearlos como tema de reflexión a la opinión pública, a los diferentes políticos y a los educadores.
CEPAL y UNESCO propusieron en 1992 la formación de una ciudadanía moderna como uno de los objetivos estratégicos de la educación en América Latina y El Caribe. La educación ciudadana según estas organizaciones es formación de valores y ética, y la participación ciudadana una condición del crecimiento económico. Tarea por su parte ha planteado que uno de los temas relevantes de una política de educación ciudadana en el Perú es el de la democracia, la participación y la gobernabilidad. Los hechos referidos se vinculan sin duda con estos temas clave de la vida nacional y de la época contemporánea y por ello requieren ser vistos como hechos educativos y ocasión para analizar los comportamientos presentes en la política pública, así como los riesgos o posibilidades que estos encierran respecto al objetivo de consolidar la democracia, la participación ciudadana y la gobernabilidad en el Perú.
Una primera pregunta que deberíamos absolver es si estos acontecimientos u otros como la creación de la Defensoría del Pueblo, son analizados y debatidos en aulas o en los programas educativos no formales, como sí ocurre en la televisión. Si acaso se ignoran, lo que enseñamos en la práctica a niños, jóvenes o adultos es que esos hechos no son suficientemente importantes para sus vidas como para ser incluidos en una sesión de aprendizaje.
Una segunda cuestión a dilucidar es el sentido que tiene trabajar estos acontecimientos en case, el ara qué. Una, entre varias razones, es que la educación tiene entre sus responsabilidades enseñar a las personas a aprender de la experiencia y desarrollar sus capacidades para actuar sobre la realidad y construirla según sus aspiraciones. Una aspiración común entre peruanos es logar un desarrollo de largo plazo en el país, que genere bienestar para todos. La experiencia histórica indica que el desarrollo económico encuentra rápidamente límites si no va acompañado de democracia. Los hechos políticos aludidos tienen que ver directamente con el tema de la democracia, por lo que un análisis crítico de los mismos y, principalmente, de los argumentos y actitudes mostradas por las distintas partes en el debate, eran y son una oportunidad privilegiada para la educación ciudadana. Un análisis de ellos da pie para identificar valores y estrategias dominantes, límites y avances en el proceso de construcción democrática en el país y para pesar lo que debemos cambiar en nuestras organizaciones de base, instituciones y vida pública, para que la democracia sea fiel y eficaz acompañante del desarrollo. Igualmente importante en la formación de las personas es que el análisis de estos acontecimientos les permite ejercitarse en actitudes y competencias centrales para la vida democrática como la disposición a ser criticado, la competencia para comunicar sus puntos de vista y convencer a otros o la disposición a reconocer los límites de la propia argumentación.
Respecto a cómo diseñar y convertir estos hechos de la realidad en situaciones de aprendizaje, existe en el país una experiencia acumulada que proviene tanto de instituciones estatales como privadas y no gubernamentales. En varios caos estas experiencias han dado origen a propuestas pedagógicas y didácticas tanto formales como no formales, siendo la carencia de recursos económicos una de las principales causas de su escasa difusión.
Una educación de calidad no puede desconectarse de los hechos de la vida cotidiana si quiere contribuir a formar personas capaces de identificar y encarar los problemas claves de su época. Los educadores peruanos tenemos todavía que desarrollar las competencias o la motivación necesarias para reconocer y colocar estos temas en la agenda pública de la educación. Nuestra voz pública sigue siendo aún limitada y condicionada por los temas que relieva el gobierno, acogidos a su vez de manera preferente por los medios de comunicación masiva.
Un reciente ejemplo es la crítica realizada por el presidente Alberto Fujimori en su Mensaje a la Nación respecto a la discriminación implícita en los procedimientos de ingreso a las universidades que, en efecto, benefician a los postulantes que pueden financiar su preparación en una academia o centro preuniversitario. Esta discriminación socioeconómica –presente en todo el sistema educativo y no sólo en el ingreso a las universidades- ha generado un fuerte debate entre congresistas, universidades y academias, aún en curso. Lamentablemente asuntos de tanta importancia como la calidad de la educación secundaria, los mejores procedimientos para evaluar las aptitudes de los postulantes o la misión de las universidades en el país, han quedado desplazados del debate público por asuntos tan específicos como la pertinencia de fechas únicas de aplicación de las pruebas de ingreso.
Estos temas, entere ellos el abandono material y académico de la educación secundaria, que afecta de modo mucho más grave las posibilidades de aprovechamiento de los jóvenes de futuras oportunidades de aprendizaje –en centros de formación universitarios o no- merecen ser discutidos seriamente y consultados con diversos agentes educativos que trabajan en la formación de jóvenes. La revista Tarea se compromete a dar cabida al tema de la educación secundaria en sus próximos números, así como a otros que nos sugieran la coyuntura educativa y el interés de nuestros lectores de las distintas regiones del país. (María Amelia Palacios, directora).