tareaInforma 102

Por el derecho a una educación liberadora

.....Boletín Mensual

Lima, 21 de enero de 2011

Año 10, Nº 102....

PARA DEBATIR

Lima: Retos educativos para la nueva gestión municipal

Lima tiene la oportunidad de dotarse de un proyecto orgánico y estratégico de ciudad. Un proyecto generador de equidad con nuevas articulaciones sociales, materiales y simbólicas. Un proyecto de identidad y cultura limeñas, de pensamiento y sentimiento nacidos de la convivencia de la diversidad cultural que habita la metrópoli y del esfuerzo cotidiano por hacer de Lima un lugar con igualdad de oportunidades.

Se trata también de un proyecto para resituarse frente a la descentralización del Perú, pues Lima ha sido resultado y factor de ese mal nacional llamado centralismo, y ahora tiene que aportar a la construcción de una macro región en el centro en el país. Todo esto es parte de un imaginario por construir, sobre a dónde conducir esta ciudad de ocho millones de habitantes. Es una cuestión problemática y de difícil consenso, pero necesario.

Estas definiciones le darían un para qué a la educación en el marco del Proyecto Educativo Nacional. La educación es un proceso de la cultura y hay una necesaria relación entre educación, cultura y visiones de desarrollo.

Este es un primer gran reto de la nueva gestión metropolitana: Generar un diálogo sobre la necesidad de una visión orgánica de ciudad. No nos basta hoy una visión de Lima desde el barrio o la localidad donde transcurre nuestra vida. El reto es cuán posible es que ciudadanos y ciudadanas puedan intercambiar entre sí sus visiones y proponerse un proyecto de ciudad común y bueno para todos (o por lo menos para la gran mayoría).

Para ello, de una parte, hay que consensuar y llevar adelante una fuerte política cultural y, de otra, construir un Proyecto Educativo de Ciudad. Vemos positivamente que ambas tareas son parte del plan de gobierno de la actual gestión.

Un segundo reto, en este marco, es asumir la responsabilidad de gobernar el sistema educativo. Es decir, llevar adelante el proceso de transferencia de las competencias del sector educación a la Municipalidad Metropolitana de Lima, cumpliendo el mandato que la ley da al municipio provincial al otorgarle facultades de gobierno regional.

En este sentido, la nueva gestión municipal de Lima ha declarado acertadamente que esta transferencia no debe entenderse como municipalización educativa, sino como parte del proceso de regionalización que viene ocurriendo en el resto del país.

¿Qué se transferirá a la Municipalidad de Lima? Las cifras darán cuenta de fenómenos como el incremento de la educación privada que ha pasado a atender prácticamente a la mitad de la población escolar, el déficit de atención en primera infancia que promedia un tercio de este grupo de edad, o el enorme vacío educativo en la franja poblacional entre los 17 y 24 años.

Pero es necesario que un diagnóstico nos pueda informar de la distribución espacial del gasto público en la educación en Lima, es decir cuánto, cómo y en qué se invierte en las diferentes Unidades de Gestión Educativa Local (UGEL) de la ciudad capital. Y también cuánto de lo invertido es parte de una efectiva gestión regional y cuánto de una intervención centralista de la sede central del Ministerio de Educación (MINEDU).

Tal diagnóstico también nos informaría sobre el sistema de gestión educativa en la región. ¿Quiénes, con qué criterios y con cuánta eficacia de resultados toman las decisiones sobre el funcionamiento del sistema educativo en la ciudad? Habrá que revisar los cuadros de asignación de personal de la Dirección Regional de Educación de Lima Metropolitana (DRELM), y de cada UGEL para conocer, por ejemplo, si el personal allí presente es suficiente o excesivo, si cuentan con los recursos necesarios para cumplir su función o por el contrario estos se dilapidan. Si tenemos profesionales idóneos para orientar a los maestros en su trabajo educativo, o por el contrario no cuentan con las competencias profesionales adecuadas.

También para saber si un territorio tan extenso pueda gobernarse con siete UGEL o en realidad se requiere una reorganización total del sistema de gestión regional, con instancias más centradas en los resultados educativos, con mayor poder decisional desde lo pedagógico, con un control y transparencia de los aspectos administrativos y de personal. Decirnos tal vez que requerimos tener mecanismos más transparentes, un sistema de gobierno electrónico.

Transformar la gestión para mejorar los resultados educativos (léase éxito escolar, mejora del desempeño docente, equidad en el acceso a educación de calidad) es el reto más duro. Antes de recibir la educación, cabe el inventario de qué sistema de gestión, con que resultados, procedimientos, cultura organizacional, políticas de personal, manejo y distribución de recursos se esta recibiendo, para dimensionar efectivamente qué se necesita cambiar y por donde empezar.

En esta tarea, la gestión actual debe aclarar el papel de las municipalidades distritales, porque el Plan Piloto de Municipalización ha generado confusión respecto a las responsabilidades ediles en materia educativa. La Ley Orgánica de Municipalidades (LOM) establece estas competencias, y la Ley General de Educación (LGE) la necesidad de la colaboración y coordinación entre sector educación y municipalidades para el logro de objetivos de la educación. Este es un campo abierto para un fructífero intercambio, pero teniendo claras las responsabilidades de cada quién. De lo contrario, se insistirá en dar a los gobiernos locales las funciones en las que el sector educación tiene obligación y mandato de la ley.

Se dice que las ciencias duras resuelven problemas blandos, y que son las ciencias sociales las que tienen que resolver problemas duros. Enfrentar los retos de la nueva gestión requerirá del saber y del valor de los nuevos gestores para convocar todo el espíritu que ha construido esta ciudad, y a toda su gente. Deseamos que la inercia retroceda y efectivamente se abra un escenario en que triunfe la esperanza de una ciudad integrada, democrática, emprendedora y justa.

Escribe:

Severo Cuba, integrante del Comité Directivo de TAREA.