Género, educación y la reducción de la violencia

Hay consenso entre educadoras/es y especialistas en la violencia contra las mujeres que el enfoque de género tiene un gran impacto en el cambio de conductas de niñas/os y adolescentes. Estudios demuestran que la violencia se ejerce contra las/os menores desde tempranas edades y se agudiza en la edad reproductiva de las mujeres, lo que origina que estas acepten la violencia como parte de su condición femenina, y los hombres la naturalicen como forma de relacionarse entre los sexos.

Esto da cuenta del importante rol que tienen las instituciones educativas no solo en el cambio de mentalidades, también en la detección de esta violencia, su denuncia y aporte en la recuperación de la salud mental de las/os estudiantes.

Por ello es preocupante que se haya fijado para dentro de un mes la audiencia de la corte Suprema para dirimir en la apelación que ha presentado tanto el Ministerio de Educación, como el Colectivo Padres en Acción, sobre la continuidad del enfoque de género en el Currículo Nacional de Educación Básica. Para este fin se ha incorporado a un nuevo juez dirimente, Omar Toribio Toledo, que escuchará los informes orales de ambas partes el viernes 8 de marzo a las diez de la mañana.

Recordemos que la Primera Sala Civil de Lima anuló un párrafo del capítulo II del documento que señala: “Si bien aquello que consideramos ‘femenino’ o ‘masculino’ se basa en una diferencia biológica-sexual, estas son nociones que vamos construyendo día a día en nuestras interacciones”. Un párrafo clave que hace referencia a cómo desde que va a nacer una niña o niño se le cuelgan estereotipos que subordinan a las mujeres y construyen masculinidades que deben ser demostradas permanentemente.

En la ideología patriarcal, el estereotipo se ha convertido en la garantía psicológica y social, en un seguro contra el miedo a las transformaciones históricas y sociales, como dice Genevieve Fraisse. Estos estereotipos generan sufrimiento y muerte, por lo que deben ser erradicados, y ello será posible a través de una educación con enfoque de género, tanto en el hogar como en las instituciones formativas.

La oposición al enfoque de género expresa, por un lado, el desconocimiento y/o confusión que existe sobre este concepto en muchas/os docentes y padres y madres de familia, y, por otro, la campaña interesada de sectores conservadores que inculcan el miedo a través de falsas verdades; se argumenta que el género va a subvertir el orden natural, y con sus discursos refuerzan los estereotipos para evitar los cambios, para impedir la igualdad entre los sexos.

Es decir, reducen el debate a lo moral, cuando el género es una categoría científica. En este marco, el enfoque de género da una mirada inclusiva al estudio de los derechos humanos, de la ciudadanía, de la educación, porque incorpora a todas las personas: hombres, mujeres y de la diversidad sexual, que se desarrollan en un orden determinado.

Y no podemos negar que vivimos en un orden sexual jerárquico, que inferioriza a las mujeres y patologiza a las personas de la diversidad sexual. Por ello tenemos que trabajar para que todas/os puedan desenvolverse plenamente como ciudadanas/os en libertad y autonomía. Y en este proceso la educación con enfoque de género es la base.

Este orden también se manifiesta en la falta de justicia para las víctimas de la violencia de género, pues prevalece en la policía, fiscales y jueces los criterios machistas que imperan en la sociedad peruana. Esto hace necesario que el conocimiento del enfoque de género se dé en todos los procesos formativos.

En este sentido, el Ministerio de Educación debería implementar un programa a distancia para capacitar a profesoras/es de todas las modalidades y niveles en los diversos enfoques, pues el género, que expresa las desigualdades que viven las mujeres, debe aplicarse junto a otras categorías de análisis como la clase, la raza, la cultura, la etnia, la edad, entre otras.

También, deberían realizarse jornadas con los padres y madres con el apoyo de un módulo práctico para docentes, y con la elaboración de cartillas, orientadas a las familias, que ayuden a la comprensión sobre qué son estos enfoques, por qué son necesarios y qué impacto tendrían en la construcción de idiosincrasias, en las/os niñas/os y adolescentes, para que sean respetuosas de las otras personas. No olvidemos que tienen importancia tanto el entorno familiar como el social.

Esperemos que el juez Omar Toribio Toledo tenga una comprensión real del enfoque de género, que en el caso del currículo solo busca una educación en la que todas las personas se perciban en igualdad de derechos, con libertad, y que un “no” en las relaciones de pareja no atenta contra la masculinidad de un hombre, al contrario, lo disminuye como persona si responde con violencia. Comprenda comprensión

Esta sentencia es fundamental para la continuidad del enfoque de género en el currículo, ayudará a despojar al género de los prejuicios que existen sobre este concepto y a valorar su aporte en erradicar la violencia de género, que está demostrado, es el germen de otras formas de violencia que vive nuestra sociedad.

Escribe: Gaby Cevasco, periodista y escritora, consultora en género

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