El miedo a la autonomía

Actualmente desde el Ejecutivo se pretende dar fin al sistema de evaluación de la calidad: el Sistema Nacional de Evaluación, Acreditación y Certificación de la Calidad Educativa (SINEACE). Creado por la Ley General de Educación y normado por una ley específica[1], el SINEACE fue concebido como un sistema integral de evaluación de la calidad que, a su vez, debe estar articulado a un sistema nacional de aseguramiento de la calidad.

El punto de partida es que la calidad de la educación constituye un derecho inalienable, aunque lamentablemente lejano para las mayorías. El ejercicio de este derecho requiere condiciones básicas que cimienten un piso de igualdad. Las escuelas e instituciones educativas no tienen control sobre estas condiciones. Corresponde al Estado y, específicamente al MINEDU, la provisión de estas condiciones básicas[2]. Lastimosamente, en nuestro país esto no ocurre, ni tampoco se rinde cuentas sobre el avance o no de su cumplimiento. Sobre esa base (condiciones básicas de funcionamiento de las IE) es posible impulsar una cultura de la calidad entendida como el gusto, el amor por hacer las cosas bien[3] que, en base a la motivación y a un enfoque meritocrático, ofrezca la oportunidad a instituciones educativas de alcanzar, de manera voluntaria mejores niveles de calidad, desde la gestión de aspectos que sí están bajo su control.

El conjunto de estos procesos configura un sistema de aseguramiento de la calidad que requiere diversos actores y componentes. El SINEACE es uno de ellos. Constituye un organismo altamente especializado encargado de las tareas de evaluación, acreditación y certificación de la calidad educativa en todos los niveles del sistema educativo y abarcando un ámbito nacional. No se trata de un organismo operador o implementador únicamente. Involucra actividades de reflexión, debate, investigación y propuesta de políticas en pro de la mejora de la calidad, comenzando por un debate abierto y riguroso sobre lo que se entiende por calidad educativa, concepto complejo que debe ir produciendo consensos progresivos en el Perú. Este debate no sólo ha sido posible, sino que continúa[4], enlazándose a la definición del tipo de persona que queremos formar y al tipo de país que pretendemos construir.

Autonomía o prepotencia. En este contexto resulta lamentable que se intente desaparecer un espacio como el SINEACE, donde es posible escuchar diversas opiniones y confrontar distintos enfoques, en un clima de libertad que construye concertación y convergencia, precisamente porque no impone directrices sino que las conversa con los actores involucrados.

Voces autorizadas coinciden en que un organismo como el SINEACE tiene que desempeñarse como un ámbito intrínsecamente autónomo[5]. Precisa funcionar como un espacio libre de presiones y de lobbies[6], donde se garantice la independencia, imparcialidad, transparencia e idoneidad de los procesos de evaluación de la calidad. Carece de sentido convertirlo en dependiente del Ministerio de Educación o de cualquier otro sector público[7]. El afán intervencionista ha conducido a la pobreza académica en la historia de nuestro sistema educativo.

Los intentos de silenciar al SINEACE constituyen una seria alerta, porque son un peligro para la institucionalidad democrática en nuestro país. No fue de otra manera que los 750 participantes en el último Congreso Nacional de Acreditación percibieron el burdo intento por impedir su realización[8], que fue leído como un acto de prepotencia contrario a una gobernanza democrática en educación. Se trataba de un espacio de debate académico, es decir de un espacio netamente educativo que había convocado diversas voces nacionales e internacionales incluyendo a los propios representantes del MINEDU. Pedimos respeto a la posibilidad de generar espacios de diálogo demandó la Secretaria Técnica[9]. Impedir que se lleve a cabo un evento educativo demuestra falta de educación señaló M. Isabel León[10]. El incidente se sumó a un conjunto de medidas tomadas por el MINEDU destinadas a desconocer al SINEACE[11], medidas consideradas improcedentes por el experto constitucionalista Enrique Bernales[12].

El SINEACE continúa vigente, porque tiene respaldo de ley y ha ido ganado en legitimidad. Iván Montes resaltó que resulta asombroso y reconfortante que un espacio público suscite confianza en un país donde impera la desconfianza. Instituciones y personas acuden al SINEACE sin temor ni suspicacia, porque los procesos de evaluación que organiza son reconocidos como válidos e idóneos. No podemos darnos el lujo de prescindir de organismos como este, que junto con otros similares, configuran indispensables contrapesos de poder en un régimen democrático.

La acreditación de escuelas. De las múltiples líneas de acción del SINEACE que pretenden clausurarse, una que suscita polémica es la acreditación a nivel de la educación básica. Con cargo a seguir desarrollando el tema, van algunas breves acotaciones:

  1. a) La acreditación no es la causa de la segregación. Si existiera un piso de mayor igualdad, la acreditación funcionaría como un incentivo, como un reconocimiento al mérito y al esfuerzo de escuelas y maestros.
  2. b) La acreditación es voluntaria, precisamente por lo anterior. No es un punto obligatorio de llegada ni un mecanismo al que deban someterse sí o sí todas las escuelas. No trae consecuencias ni deriva en puntajes.
  3. c) El SINEACE incluye un conjunto de estrategias para apoyar a los sectores con mayores desventajas para que alcancen la acreditación y logren reconocimiento social[13]
  4. d) Resulta contradictorio que el MINEDU sí hable de acreditación para privados, saludando la competencia entre escuelas[14]. Si sólo pueden acreditarse los privados y la acreditación se convierte en un negocio, entonces sí se estaría segregando.

Colofón. La democracia es un bien escaso y el reconocimiento es una aspiración legítima fundamental en un país donde muchos sectores y personas son ninguneados todos los días. Estamos ante la encrucijada de cerrar o fortalecer un espacio que potencia la democracia y extiende la calidad para ponerla al alcance de muchos, afirmándola como derecho humano fundamental. Bajar PDF


[1] Ley del SINEACE, 28740
[2]Entre las cuales dos factores fundamentales son la provisión de docentes suficientes y adecuadamente formados y la provisión de condiciones materiales de funcionamiento para las instituciones educativas
[3] Facundo PÉREZ ROMERO, Análisis de la situación actual del SINEACE, Consultoría SINEACE, Lima, 2014
[4] Alejando Cussianovich Derroteros de la calidad, SINEACE 2015
[5] Enrique Bernales Estudio de derecho constitucional para el análisis de la situación jurídica del SINEACE, Lima 2015
[6] Liz Reisberg, experta USA, Intervención en el Congreso Nacional de Acreditación, Lima, octubre 2015
[7] Ibidem
[8] El mismo día de la inauguración del congreso los directivos del SINEACE fueron informados que por orden superior, presumiblemente originada en el Ministerio de Educación, el local que habían separado con antelación no podía ser usado.
[9] Carolina Barrios, Secretaria Técnica del SINEACE
[10] Ma.Isabel León, Asiste Perú, Secretaria Ejecutiva del CADE 2015
[11] Resoluciones Ministeriales y Proyecto de Ley que propone su extinción
[12] Bernales, Ob.cit.
[13] Fondos de financiación: FONDEP, PRO-CALIDAD
[14] Entrevista a Viceministro Flavio Figallo, lamula, octubre 2015

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Escribe Teresa Tovar Samanez